miércoles, 30 de junio de 2010

Ramificaciones

Fíjate ahí afuera. Sí, ahí.

Donde tu imaginación se fatiga, y los cuentos se cuentan solos.


Quizás pasaste por encima del resultado, del verdadero fin, con la máquina que no lo tendrá.


Tal vez de aquél tronco principal ramificaste ideas que no permiten ver lo claro. Y así, pensás sólo por placer, sólo por pensar. Por que esta perpetua rueda de ideas no deje de girar.

Él no es vos. No te pertenece.



Si somos tan distintos por fuera... ¿cómo podríamos ser iguales por dentro?, leí ayer por ahí.

Todos maestros y discípulos al mismo tiempo y, el mundo, a nuestro alrededor, girando por inercia, en medio de estrellas que en general no percibimos.








viernes, 4 de junio de 2010

Factor tiempo

Otoño. Húmedo otoño. La Avenida Dorrego tiene muchos edificios en su costado.
Un viernes cualquiera en la cocina.
Viernes... ¿Importa?
¿Cómo mido el tiempo?

Cuando no estoy con nadie, cuando sólo yo y el mundo respiramos. Floto en el tiempo. Soy parte del cosmos.

Si no conociera la medida de un minuto, de una hora: ¿Me tomaría el tiempo para pensar en él?

Ayer llegué a una conclusión en lo que dura una ducha. No sé cuánto habrá dictado el reloj. A mí me bastó.

Atravesar una línea, concluir una etapa. ¿Cuánto lleva? Si las fichas caen en un único instante, sagrado y memorable al mirar atrás en una línea imaginaria de sucesos.

Borges meditaba: "Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo".

Sin darme cuenta el otoño se hace invierno y sólo percibo las flores de la primavera en mi alma.

Las mañanas de sol son hermosas. Un martes de algún calendario que nos ordene el cerebro. Todo calculado.

"Él teme lastimarla y ella no puede esperar mas" se escucha en la radio justo antes de que la pava silbe. ¿Será una señal?

¿Quién sabe cuándo es el momento? Esperar sin desesperar parece no tener sentido. Esta espera no es más que algo que no estoy escuchando.

Necesaria la espera, inevitable el descubrimiento.