domingo, 19 de septiembre de 2010

Lo que sea IV

Confío en el rocío urgente de la mansa noche, sabia, que no desespera por ver la flor.

Acepto el fruto verde y lo alimento para que madure en su estación.

Tranquila, respiro.

Mi cabeza es parte, pero manda mi corazón.

Etéreas mis ideas, libres.

Susceptibles son a cualquier modificación que sugiera el descubrimiento.

Mis 57 kilos, ajenos a la gravitación del mundo, levitan por las calles.


Confío en la noche.


Confío en mí.

Las semillas de mis frutos disfrutan del día porque confían en la húmeda noche.

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