domingo, 26 de septiembre de 2010

De no poder, podrás


Yo ví a mis padres plagiar incoherencias.
No de cualquier manera: sutil y perfectamente.

Coincidimos en momentos descerebrados, cuando nadie quería querer.

Me despertó mi abuelo cantando "O sole mio" muchas mañanas de verano.

El perfume del pasto recién cortado acompañaba su tan contradictoria pasión, su mano dura hecha melodía.

Mi abuela amasaba la pasta y mi hermana y yo aplastábamos tomates adornados con albahaca refugiados en pacientes botellas de vidrio.

Escribí diarios que no dicen nada, miré estrellas vagamente acostada y me idetifiqué con una de las tres Marías. Oí grillos en vacías noches, me iluminaron centenares de luciérnagas cuando todo parecía oscuridad.

Con mi misma sangre, Lucila me alentaba, me empoderaba. Recuerdo los zapatos de Dorothy, mágicos. Con mis pies dentro de ellos, todo era posible. Convertíamos a San Miguel en la Tierra de Oz.

Yo ví a mi bisabuela ser muy jóven, aún entrada en años...

Me ví a mí misma no poder y me vuelvo a ver, pudiendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario