miércoles, 23 de febrero de 2011

Historia de verano en Buenos Aires VI


Miércoles. Cinco días de lluvia. Ella es mansa. Yo le canto mis cuatro acordes con una guitarra prestada. Dorrego es un tobogán de agua. Inmóvil, el tiempo, reposa en fuertes chaparrones. Sin darme cuenta, ya no lo extraño. Mi cuerpo se inunda y estrena aguas, baila con la tormenta. Sigue el ritmo olvidado de las gotas y el asfalto, ya común. Corriente métrica resbaladiza que burla el cronómetro con ayuda del viento. Miro hacia adentro y reflexiono. No tengo cortinas en mi casa. Por más que los vecinos me miren díay noche, jamás sabrán el color de mi alma.

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