martes, 11 de mayo de 2010

Cosas

Sembré jardines para no pensar en los destinos de las cosas.
Cosas que no llegan a ningún lugar.
Lugares que son supuestos, no tienen dirección.
Direcciones que señalan cambios.
Cambios que se adaptan a un sueño.
Sueños que se sueñan de día y se viven de noche.
Noches ya lejanas, hechas ya mañanas.
Mañanas que serán ilusiones.
Ilusiones que, concientes, sólo son eso.
Eso: sensaciones, sublimes sensaciones de espera.
Esperas que no esperan nada.
Nadas que se pierden en recuerdos.
Recuerdos de momentos que no vuelven.

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