miércoles, 12 de mayo de 2010

El aire es aire, su composición es una; simplemente rota, muta, pero siempre se conforma.


El agua es agua, gélida en lo alto o en glaciares... tierna en los ríos ecuatoriales. Agua al fin.


El amor es amor, siempre el mismo, adoptando moldes que situaciones requieran.


Yo soy yo. Siempre igual, con mis huesos, mi corazón y mi carne.


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