El verano avanzaba decidido. Se adentraba avasallante en la cronología de mi vida con aspecto triunfante. Me establecí en sus laureles, como quien no quiere la cosa, dispuesta a gozar cada fracción de minuto. Hice click en "Aceptar" y me desconecté un poco de todo. ¿Qué es lo que estoy buscando? ¿Hace falta saberlo? Hubo una puerta detrás de mí. Corrí tras llamados de la naturaleza y su danza, su perfección y su estilo. Unos tambores me dieron marcha y con su ritmo bailé una tarde de sábado. Era De Johnette.
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